Lo que está pasando en las últimas semanas en el Congreso de los Diputados debería alertar al PSOE, de las consecuencias negativas que supondrán la llegada de Patxi López a la Lehendakaritza. El PSOE se encuentra en una situación complicada ya que los diputados de PNV se negarán a llegar a ningún tipo de pacto después de perder el gobierno vasco. Los nacionalistas que en el congreso dirige Josu Erkoreka ven en López, un inquilino ilegitimo del sillón de Lehendakari y piensan pasarle la factura a Zapatero en el congreso de los diputados.
La situación por tanto es complicadísima para el presidente Zapatero. En este momento no tiene ni un sólo apoyo estable en todo el parlamento. Por un lado se encuentra el PP que mantiene su política de acoso y derribo al gobierno y que a sabido vender sus resultados electorales en Euskadi y Galicia como un enorme triunfo. Este hecho unido a la difícil situación de la economía empujarán al PP a llevar una política de oposición mucho más dura.
Al margen del principal partido de la oposición, la relación con el resto de fuerzas políticas no es para nada alentador. La situación del PNV ya la hemos comentado y a partir de ahora sus votos pasarán a engrosar los de detractores del gobierno cuando se realize una votación en el congreso.
Los nacionalistas catalanes de CIU, decisivos con sus diez escaños, se encuentran en la misma situación que el PNV, ya que no gobiernan en Cataluña por la unión de PSC con ERC y IU. Quizás sean estas dos fuerzas minoritarias de izquierdas con las que más facil sea lograr el acuerdo, pero el problema es que estas dos fuerzas sólo suman 5 escaños y el PSOE necesita sumar 6 para ganar las votaciones. Si contamos estos 5 escaños al gobierno le falta uno que debería salir o bien de BNG(2) o de CC(2).
A pesar de que cómo hemos visto matemáticamente las alianzas son posibles es muy complicado mantenerse los 4 años de legislatura con los tres partidos más fuertes e influyentes de la oposición en tu contra y más con la sombra de la crisis planenado sobre la cabeza del gobierno cual dagas afiladas.
La llegada de Patxi López al palacio de Ajuria Enea, supondrá una inmensa alegría para los socialistas vascos, pero la política nacional del PSOE podría verse afectadísima. Sí a los problemas que se generarían en la política nacional, sumamos el dudoso honor que supone gobernar con el apoyo de aquellos que hace no mucho acusaban gravemente a los socialistas vascos por sus acercamientos a Batasuna para lograr la paz, pues el panorama no mejora mucho. En cuando el PP quiera el gobierno de Patxi López caería y eso sería un varapalo durísimo para los socialistas.
Lo que el PSE debería hacer es aceptar la vicelehendakaria y 2 o 3 consejerías y desde esa posición de gobierno buscar políticas de cambio, pero dejándole al PNV que son ellos los que tienen la sartén por el mango y que con el apoyo de los constitucionalistas, podría derribar el gobierno del PNV, si estos vuelven a su política soberanista y de exclusión.
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