martes, 24 de marzo de 2009

El Yak-42 y la elusión de responsabilidades


Hace ya seis años de la catástrofe del Yak-42, en la que perdieron la vida 62 militares españoles en Turquía. Este fue un hecho que cubrió de tristeza la sociedad española durante largo tiempo. Lo más bochornoso de lo acontecido fue lo que paso después cuando las prisas, motivadas no se sabe muy bien porque, llevaron a la identificación errónea de más de 30 cadáveres. El por entonces titular de la cartera de Defensa, Federico Trillo no respondió por entonces de sus responsabilidades políticas. Tampoco ahora se sentara en el banquillo, a pesar del deseo de los familiares de las víctimas, que lo consideran culpable del fallo en la identificación de cadáveres.

Ante un hecho de tal gravedad es sorprendente como el responsable máximo de las actuaciones del ejército, no asumiera por entonces ninguna responsabilidad. Se trata del mismo señor que se ha dedicado a dar lecciones de moral a políticos rivales que se han visto forzados a dimitir por asuntos mucho menores. Asuntos que la derecha de este país se ha preocupado de convertir en escándalos.

Me resulta difícil entender cómo el señor Federico Trillo, puede después de una actuación tan nefasta seguir apareciendo en la primera línea de la política nacional. Porque este señor es el actual Portavoz de Justicia del Partido Popular. Justicia es ni más ni menos lo que ahora reclaman los damnificados por aquel trágico accidente y por la mala gestión de la catástrofe.

Si al fallo en la identificación de los cadáveres, sumamos los datos que apuntan a las malas condiciones en las que se encontraba el avión, nos encontramos con la necesidad de que alguien responda ante la justicia por todos estos fallos. Ese alguien no será Federico Trillo, tampoco José María Aznar. El general Vicente Navarro, el comandante José Ramírez y el capitán Miguel Sáez se sientan en el banquillo. Ellos responderán de sus responsabilidades pero la sensación es que los afectados no podrán salir contentos una vez salga a la luz el dictamen definitivo de la audiencia. Hace seis años fueron engañados, ahora se sienten de nuevo víctimas de la mentira y la miseria.


Desde aquí mucho ánimo a los familiares de las víctimas y desearles que el curso de los acontecimientos cambie y puedan respirar algo más tranquilos.

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