Sí ya se que todavía es mes de Marzo, tampoco se me ha olvidado que el día 26 de Junio tengo ese examen tan puñetero de Filosofía Política. Puedo aseguraros de que soy plenamente consciente no sólo de esto sino de que aún nos hallamos inmersos en un cuatrimestre cargado de prácticas que debemos superar como podamos. A pesar de todas estas cosas mi mente empieza a moverse a marchas forzadas intentando componer lo que me esperará en los meses de Julio y Agosto.
El otro día hablando con mi amigo Jacobo, le dije: “Bueno que este verano a Nueva Zelanda, ¿No?” y el muy puñetero me dice: “Vale, vale pero también quiero hacer el camino de Santiago”.
Yo inconsciente de mi y con una cerveza en la mano, le estreche la que me quedaba libre y le dije: “Eso está hecho”. Al llegar a casa pensé ufff voy a tener que organizarme para hacer ambas cosas.
Cualquier otro verano me habría dado con un canto en los dientes con estos 2 planes, pero algo extraño se apodera de mí y me lleva a intentar no pasar ni un solo día en Madrid en los meses veraniegos. Con esta sensación empecé a charlar con mi amigo Julio, que me mostró su interés por que fuéramos a África este verano, ante semejante planazo no pude sino volver a estrecharle la mano. Si a todo esto se le suma mi gran interés por irme de Inter.-rail, mi deseo de ver a mis grandes amigos de la uni durante esos meses veraniegos y mi objetivo de leer varios libros estaréis conmigo en decir que es imposible.
Pues bien si todo esto ya resultaba imposible, hace escasos 2 días hablando con África me dijo: “Pues en verano estaría bien que unos cuantos de la uni nos fuéramos a la playa” ante esta propuesta que tanto me apetece pues que voy a decir: “Claro, claro estaría genial”.
Bueno pues con todo esto me doy cuenta de lo afortunado que soy y cuando pase el verano estoy seguro que seguiré siéndolo aunque muchos de estos planes no se cumplan (no por falta de ganas). Me comprometo a escribir el 1 de Septiembre una entrada en la que se relatará lo que dio de sí el verano. A las personas que menciono en esta entrada darles las gracias, porque me ayudan a evadirme pensando en lo que vendrá y en días mejores. Gracias a mi gran amigo Dani con el que tantas cosas comparto, también a mi primo Carlos y a su novia Elena.
Y no puedo terminar esta reflexión sin agradecer y abrazar a Manu, Raúl, Adri, Pernas y David los grandes motivadores de mi peregrinaje universitario. Gracias a todos y dispongámonos a planear el mejor verano de todos.
El otro día hablando con mi amigo Jacobo, le dije: “Bueno que este verano a Nueva Zelanda, ¿No?” y el muy puñetero me dice: “Vale, vale pero también quiero hacer el camino de Santiago”.
Yo inconsciente de mi y con una cerveza en la mano, le estreche la que me quedaba libre y le dije: “Eso está hecho”. Al llegar a casa pensé ufff voy a tener que organizarme para hacer ambas cosas.
Cualquier otro verano me habría dado con un canto en los dientes con estos 2 planes, pero algo extraño se apodera de mí y me lleva a intentar no pasar ni un solo día en Madrid en los meses veraniegos. Con esta sensación empecé a charlar con mi amigo Julio, que me mostró su interés por que fuéramos a África este verano, ante semejante planazo no pude sino volver a estrecharle la mano. Si a todo esto se le suma mi gran interés por irme de Inter.-rail, mi deseo de ver a mis grandes amigos de la uni durante esos meses veraniegos y mi objetivo de leer varios libros estaréis conmigo en decir que es imposible.
Pues bien si todo esto ya resultaba imposible, hace escasos 2 días hablando con África me dijo: “Pues en verano estaría bien que unos cuantos de la uni nos fuéramos a la playa” ante esta propuesta que tanto me apetece pues que voy a decir: “Claro, claro estaría genial”.
Bueno pues con todo esto me doy cuenta de lo afortunado que soy y cuando pase el verano estoy seguro que seguiré siéndolo aunque muchos de estos planes no se cumplan (no por falta de ganas). Me comprometo a escribir el 1 de Septiembre una entrada en la que se relatará lo que dio de sí el verano. A las personas que menciono en esta entrada darles las gracias, porque me ayudan a evadirme pensando en lo que vendrá y en días mejores. Gracias a mi gran amigo Dani con el que tantas cosas comparto, también a mi primo Carlos y a su novia Elena.
Y no puedo terminar esta reflexión sin agradecer y abrazar a Manu, Raúl, Adri, Pernas y David los grandes motivadores de mi peregrinaje universitario. Gracias a todos y dispongámonos a planear el mejor verano de todos.
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